El ozono es un gas con un gran poder desinfectante y desodorizante, lo que hace que tenga numerosas aplicaciones industriales tanto para tratamientos ambientales de higienización como para tratamientos de agua.
El interés por la limpieza por ozono como desinfectante alternativo al uso de productos químicos se basa principalmente en su gran eficacia biocida, su amplio espectro antimicrobiano, la nula producción de subproductos perjudiciales para la salud y la posibilidad de generarlo a demanda e in situ sin necesidad de almacenarlo. Además cuenta con la ventaja de ser una tecnología respetuosa con el medio ambiente, que permite reducir costes medioambientales a la empresa y facilitar el cumplimiento de la legislación medioambiental aplicable.
Básicamente son dos las formas en las que el ozono puede integrarse en las operaciones de limpieza y desinfección del sector. Por un lado, el empleo del ozono gas como agente desinfectante ambiental y, por otro lado, el empleo del ozono disuelto en agua (agua ozonizada) como agente desinfectante de superficies.
No produce contaminación residual. El ozono es un desinfectante muy interesante, ya que se convierte rápidamente en oxigeno sin dejar residuo. No desarrolla resistencias en los microorganismos.
Este sistema permite la máxima eficacia en limpiezas de mantenimiento sin necesidad de usar productos químicos y con niveles de desinfección del 99.99%. Tiene una capacidad limpiadora comparable a los más fuertes productos de limpieza y, a su vez, es desinfectante.
Actúa 3.125 veces más rápido que el cloro y su poder bactericida y fungicida no tiene competidor. También tiene propiedades viricidas, esterilizantes y desodorantes.
Al no contener jabones o detergentes, no deja residuos y no es necesario aclarar ni secar, quedando las superficies completamente limpias y desinfectadas.
Contribuye al objetivo generalizado a nivel mundial de suprimir el uso de productos químicos, tanto por el riesgo que aportan por si mismos para la salud humana, como a efectos de contaminación ambiental. Se trata de una tecnología económica y el líquido generado es muy eficaz.
Cumple con la normativa EN1276, por lo que hace referencia a niveles de desinfección de superficies 99,997.
EL OZONO EN LA CONSERVACION DE LOS ALIMENTOS
En lo que se refiere al primer objetivo, el ozono activo asegura la destrucción de los numerosos microrganismos que pululan en la superficie de los productos alimenticios, antes de introducirlos en las cámaras frigoríficas. Esta contaminación empieza inexorablemente al iniciarse las operaciones de manipulado.
Los objetivos esenciales de la ozonización en la conservación de alimentos son dos:
ALMACENES DE FRUTA VEGETALES
La fruta es uno de los tipos de alimento más delicado a la hora de la conservación y almacenaje. Es por ello por lo que merece ser objeto de especial atención y mayores cuidados. Hay variedades de frutas que entran en putrefacción en poco tiempo. Contienen un porcentaje de agua alrededor de un 90%, lo que hace que el ambiente de las dependencias de almacenamiento tenga una elevada humedad relativa. Esta proporciona el medio más adecuado para el desarrollo de colonias de gérmenes, así como el favorecimiento de fermentaciones.
Está comprobado que con el empleo del OZONO disminuyen considerablemente las pérdidas de peso. Al mismo tiempo no se produce ninguna alteración en el sabor y aroma de la fruta, por el contrario, se acentúa.
CARNES
Las carnes, junto con el pescado, tal vez sean los productos más perecederos. Para su conservación y almacenaje se requiere el frío y la congelación. Pero no basta con esto. El ozono destruye estos gérmenes dañinos, garantizando una asepsia total en la carne.
Con el ozono se obtiene además un mejor aspecto y presentación de la mercancía, al impedir la formación de mohos y la putrefacción. Así como una desodorización de las cámaras, con la consiguiente ventaja para el personal de mantenimiento de las dependencias.
QUESOS
En la curación de los quesos es necesaria una humedad relativa elevada del 80% al 97%. En estas condiciones el queso es especialmente propenso a la formación de moho que, posteriormente, será necesario eliminar mediante lavado y raspado a fondo, para que no decaiga su aspecto.
El ozono, al impedir la aparición de mohos, permite trabajar a humedades elevadas con la consiguiente disminución de la pérdida en peso y el ahorro en el trabajo de raspado.
Hace posible una mayor densidad en el almacenaje, al mismo tiempo que suprime los olores evitando las molestias al personal.
Somos especialistas en el tratamiento con ozono